El auge de la arquitectura bioclimática en el conjunto inmobiliario de la Universidad de Granada.
La evolución de una arquitectura meramente envolvente hacia modelos cada vez más amables con el ser que la habita, nos lleva a la elección de metodología constructiva adaptable al lugar y al clima. Se realiza una distinción entre varios edificios de la UGR con el fin de evidenciar medidas ya utilizadas y quizá no tan conocidas con la que se pretende estimular el pensamiento sostenible sobre cómo la arquitectura puede hacer la vida más confortable decidiendo incorporar alguna de las múltiples técnicas constructivas desarrolladas en estos ejemplos. Los beneficios, por tanto, son numerosos de cara a la eficiencia energética, bienestar térmico, la insonorización o la iluminación entre otros.
Introducción
Cuando hacemos arquitectura estamos cualificando un espacio como un refugio interior, a salvo de las inclemencias del tiempo. Notamos que no nos llueve porque nos encontramos bajo un techo, y percibimos una temperatura distinta debido a la materialidad del edificio y la climatización artificial que puede afrontar económicamente el propietario del mismo. Esta climatización depende de un gasto energético elevado, con la consecuente contaminación medioambiental y la merma de los recursos energéticos del planeta.
El hecho de conseguir un bienestar térmico en el interior de un espacio cubierto es factible en el caso de que los recursos fueran fácilmente accesibles e ilimitados.
Analizando detenidamente la evolución de la arquitectura, su función y su materialidad, observamos que en un principio, nos refugiábamos en cuevas y como resultado inesperado obteníamos el beneficio del confort térmico a pesar de la temperatura externa. Más adelante, para dar cabida a una población en continuo crecimiento, se usaban componentes de cercanía porque eran más baratos, tales como la madera de un bosque próximo o la arcilla y la piedra de los terrenos y canteras colindantes. Con el avance de los transportes y la tecnología, pudieron utilizarse materias novedosas en cualquier punto geográfico, dando como resultado construcciones que obviaban el entorno y sus características naturales, perdiendo la virtud intrínseca de las soluciones tradicionales más sencillas y efectivas.
En la actualidad se está volviendo a métodos constructivos más respetuosos con el lugar, aplicando los progresos técnicos en favor de una arquitectura más pasiva. Esta arquitectura pasiva logra la comodidad personal dentro del espacio habitable a través de estrategias que permiten no hacer uso de recursos ajenos al edificio.
La corriente de diseño que sigue estas pautas responde a necesidades bioclimáticas, y además, garantiza condiciones que quizá no se tienen en consideración por desconocimiento, como las acústicas, lumínicas y humídicas.
En el caso concreto de la ciudad de Granada, la Universidad como entidad quiere dejar patente su deseo de progreso e innovación adoptando medidas pasivas en sus edificios tanto de investigación como facultades. Vamos a exponer varios ejemplos palpables de esta arquitectura en ascenso.
Edificios notorios a detalle
Facultad de Ciencias de la Salud por Mediomundo Arquitectos
Por: Marta Pelegrín + Fernando Pérez
La Facultad de Ciencias de la Salud de Mediomundo Arquitectos cuenta en su diseño con un elemento muy completo a la hora de regular temperatura, humedad y sonido, que es la cubierta vegetal.
Siempre nos hemos referido a los elementos vegetales como dadores de frescor y normalizadores de la humedad del ambiente. Que en casa hubiese un patio con árboles que diesen sombra lo hacía, a menudo, más visitable y acogedor. Desde antaño se han dispuesto las parras para conseguir un exterior más vivible, más cómodo térmicamente…
Una cubierta vegetal hace de la quinta fachada una envolvente verde, ecológica y que funciona como un termostato. Las capas de las que están compuestas, como el sustrato o las plantaciones, hacen que actúe como aislamiento térmico y acústico. Además, se ayuda al aumento de la biodiversidad (tanto vegetal como animal), se mejora la calidad del aire y, no menos importante, se ahorra energéticamente.
Por otra parte, sí que es cierto que elevamos el consumo de agua; sin embargo existen ciertos métodos para poder captarla del medio cuando llueve, como por ejemplo una cubierta aljibe, o la incorporación de membranas de drenaje.
En los últimos tiempos se está hablando mucho de la huella de carbono generada por los procesos de obtención de energía, y se ha de decir que esa huella es superior en cuanto a energía eléctrica que la de la obtención de agua.
Una de las mayores ventajas de este tipo de techo en una ciudad como Granada, con sus épocas tan calurosas, es el enfriamiento activo que se lleva a cabo gracias a la evapotranspiración. Supone un mayor gasto de agua, sin embargo, con las actuales subidas del coste de la electricidad resulta mucho más barato y sostenible en el tiempo que utilizar medios de enfriamiento artificial como los aires acondicionados.
Este jardín en las alturas se ha desarrollado como transitable, originando un paseo entre vegetación que establece una relación especial con la ciudad y el paisaje próximo.
Figura 1. Perspectiva de la Facultad de Ciencias de la Salud de Mediomundo Arquitectos y sección constructiva
Instituto de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC)
Por: Martínez y Soler y AV13 arquitectos.
El Instituto de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento, conocido como el CIMCYC, de los estudios de arquitectura Martínez y Soler y AV13 Arquitectos nos descubre una manera muy sencilla de conseguir aislarnos un poco de las altas temperaturas alcanzadas en estaciones cálidas: el retranqueo de huecos con respecto a la fachada.
Sabemos que la transmitancia térmica de los vidrios es mayor a la de cualquier cerramiento más opaco. Entonces una táctica para conseguir menor transmitancia es disminuir la exposición directa a la radiación solar. Esto lo podemos obtener por medio de rehundir los ventanales a un segundo plano generando una suerte de terrazas en las fachadas.
El objetivo de retranquear los vanos es lidiar con una sombra proyectada por el forjado superior, y así, evitar el contacto inmediato con los rayos lumínicos. Es ampliamente conocido que una de las principales defensas frente a este efecto adverso en climas calurosos es la estadía bajo sombra. De esta manera, las aberturas acristaladas no dejarán pasar al interior del edificio tanto calor proveniente del exterior.
Como añadido, se presenta la ocasión de admirar las vistas del paisaje aledaño gracias a esa casualidad de balcones y patios miradores.
Figura 2. Perspectiva del CIMCYC de Martínez y Soler y AV13 Arquitectos y sección constructiva.
Sede Servicios Generales del Campus de la Salud
Por: Cruz y Ortiz Arquitectos.
La sede de los servicios generales de la Universidad de Granada del Campus de la Salud de Cruz y Ortiz Arquitectos pone de manifiesto cómo podemos mejorar la habitabilidad de un espacio mediante la incorporación de aislamientos térmicos y acústicos en toda la envolvente del edificio.
Con el paso de los años, gracias a la investigación se ha ido demostrando que el uso de aislantes térmicos en los muros exteriores de una edificación hace que sea más difícil que el calor entre en estaciones cálidas y que se escape en épocas más frías. Y ya no sólo en los muros de fachada, sino también en suelos, techos y cubiertas. Todo ello acompañado por el avance en cuanto a las fugas a través de la cubrición de los vanos (ventanas y puertas) que se aminoran debido a la integración de sistemas de vidrios dobles o triples, cámaras de aire entre vidrios, gas argón, rotura de puentes térmicos, etc.
Aunque el desarrollo ligado al aislamiento térmico ha ido encaminándose a conseguir mínimos espesores de material y una mayor eficacia, estos componentes suelen ser demasiado sintéticos y, a veces, incluso irrespetuosos con el medio ambiente. Estas simbiosis de elementos se fabrican para obtener una casi nula conductividad térmica.
En este caso de arquitectura pasiva, vemos cómo se ha recurrido al empleo de paneles sándwich para el hermetismo térmico. Asimismo, se agregan a la suma paneles acústicos para mejorar su insonorización y respetar la atmósfera interna que se ha querido plantear según las funciones específicas de cada módulo.
Por último, añadir que para hacer más sostenible este tipo de actuaciones, se podría enfocar hacia una arquitectura biomimética, que intenta recoger los beneficios de las materias naturales y fomentar el uso de aislamientos más orgánicos como las alpacas de paja, fibras vegetales, corcho…
Figura 3. Perspectiva de la Sede de los Servicios Generales del Campus de la Salud de Cruz y Ortiz Arquitectos y sección constructiva.
Ampliación de la Facultad de Bellas Artes
Por: Arias Recalde.
La ampliación de la Facultad de Bellas Artes, proyecto diseñado y llevado a ejecución por el estudio taller de Arquitectura Arias Recalde, sitúa en nuestro punto de mira el tradicional método constructivo de las celosías de los secaderos de tabaco de la Vega de Granada.
Mediante el uso entramado del ladrillo cerámico se puede modificar el aspecto lumínico de una estancia y por consiguiente, paliar la acción térmica del Sol. También permite una correcta ventilación.
El catálogo de materiales que admiten un sistema tan estético como la celosía, va desde el ladrillo, el hormigón armado, los bloques de hormigón, la madera…
Figura 4. Perspectiva de la Ampliación de la Facultad de Bellas Artes de Arias Recalde Taller de Arquitectura y sección constructiva.
Rehabilitación de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura
Por: Víctor López Cotelo.
La rehabilitación del antiguo hospital militar de Granada convirtiéndolo en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura, obra del arquitecto Víctor López Cotelo, nos trata de recordar uno de los principios fundamentales que definen la arquitectura y su potencialidad al dotar el espacio de bienestar mental y emocional, la luz.
Está demostrado que la presencia de iluminación natural ayuda a nuestro organismo a producir vitamina D, clave en el desarrollo óseo; mejora los ritmos circadianos y los patrones de sueño; favorece la concentración y el enfoque… Dando como consecuencia una salud mental más fuerte y una mayor productividad y eficiencia, beneficiando nuestro estado de ánimo.
Esta luz inunda las estancias de la Escuela de diversas configuraciones: tamizada, filtrada, focalizada, a través de ranuras impregnando paños… Alcanzando de esta forma construir lugares gracias al ingrediente natural de la claridad.
Se observan el uso de celosías fijas verticales de madera, celosías orientables horizontales de metal, lucernarios circulares, separaciones del forjado con respecto al muro, ventanales corridos… Dispuestos en función del resultado que se necesitaba lograr, por estética u orientación cardinal.
Figura 5. Perspectiva de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Víctor López Cotelo y sección constructiva.
Conclusión
Como hemos podido ver, la aplicación de estrategias pasivas a la arquitectura aumenta la confortabilidad del edificio, y si están bien incorporadas, dotan de un mejor aspecto externo al mismo. Además, se reduce el consumo y la huella de CO2 al mínimo posible.
Con el empleo de estas medidas en los nuevos edificios de la Universidad, así como en el resto de edificaciones de la ciudad, nos beneficiamos de la reducción notable del impacto medioambiental, acotando los consumos energéticos y con ello, las emisiones derivadas de toda la vida útil que tenga el inmueble. Dando como resultado arquitecturas más amables con nuestro planeta y entorno.
Sería, por tanto, atrayente que para los próximos años se pudiera fijar un porcentaje elevado de construcciones que adopten este tipo de prácticas.
Acercándonos a estas metas, la ciudad de Granada se revalorizaría como área más limpia, confortable y sostenible, afrontando la realidad de ser una de las urbes más contaminadas de España, con un coste relativamente moderado para los propietarios de inmuebles.
El camino para una arquitectura más sostenible y pasiva es construir con el clima, y a pesar de él.
La aplicación de estrategias pasivas en la arquitectura es una tendencia creciente en el mundo de la construcción. Esta técnica se basa en diseñar edificios de manera que aprovechen al máximo las condiciones climáticas del entorno en el que se encuentran. Para reducir su impacto ambiental y mejorar la eficiencia energética.
Uno de los beneficios más evidentes de la arquitectura pasiva es el aumento de la confortabilidad del edificio. Al incorporar elementos como la orientación adecuada, el aislamiento térmico, la ventilación natural, entre otros, se logra un ambiente interior más agradable para los ocupantes. Además, estas medidas también contribuyen a reducir el consumo energético del edificio, lo que se traduce en una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero y por ende, en una reducción de la huella de CO2.
Otro aspecto positivo de la arquitectura pasiva es su impacto visual en el entorno urbano. Los edificios diseñados con este enfoque suelen tener una estética más cuidada y coherente con su contexto, lo que contribuye a mejorar el aspecto externo de la ciudad. Además, la adopción de estas prácticas puede ser relativamente económica para los propietarios de los inmuebles, ya que en muchos casos se trata de soluciones simples que no implican una inversión significativa.
En el caso de la ciudad de Granada, la adopción de estrategias pasivas en la construcción de nuevos edificios y en la remodelación de los existentes podría tener un impacto significativo en la calidad ambiental de la ciudad.
Esta ciudad, como muchas otras en España, enfrenta problemas de contaminación. Y el uso de técnicas de arquitectura pasiva puede contribuir a reducir las emisiones y mejorar la calidad del aire. Además, el hecho de que Granada sea una ciudad con un importante patrimonio histórico y cultural hace que la adopción de estas prácticas sea aún más relevante. Ya que permite conservar y proteger el legado arquitectónico de la ciudad mientras se avanza hacia un modelo más sostenible.
En resumen, la adopción de estrategias pasivas en la arquitectura es una tendencia que puede tener un impacto positivo en el medio ambiente y en la calidad de vida de los ciudadanos. La construcción con el clima y a pesar de él puede ser una manera efectiva y económica de reducir la huella de carbono y mejorar la eficiencia energética de los edificios. En Granada, esto podría contribuir a mejorar la calidad ambiental de la ciudad y a revalorizarla como una zona más limpia, confortable y sostenible.